Es probable que si pasas por la puerta de Rocablanca y no lo conoces, este local pase desapercibido y decidas no entrar ya que parece un bar más de esos de toda la vida que no ofrecen nada especial y que puedes encontrar en cualquier otra calle de Madrid.
Esto es cierto en parte, ya que Rocablanca es una cafetería-cervecería que aún estando situada en plena calle de Fuencarral, muy cerca del metro de tribunal, siguen haciendo “lo de siempre” y no se ha convertido en uno de esos bares de moda que tanto abundan en la zona.
Aún así sorprende ver la cantidad de gente que se reúne a la hora del tapeo. Eso me hace sospechar que algo especial ocurre allí y no pude hacer otra cosa que ir a probarlo.
Cafetería Rocablanca en Madrid, un clásico en plena calle Fuencarral.
Parece que en Rocablanca no pasan los años. Esto es así tanto por el local -que tiene la típica imagen de cafetería de toda la vida- como por sus precios.
Rocablanca es probablemente uno de los bares con los precios más baratos de la zona y eso lo convierte en un lugar perfecto para ir de tapas, probar alguna de sus raciones o animarse a pedir sus croquetas que son ya otro de los clásicos del barrio.
¿Qué hay en la carta de Rocablanca Madrid?
Rocablanca es un bar de esos de los de toda la vida y como tal, su oferta gastronómica no está pensada para hacer las delicias de los más sibaritas.
Es el típico lugar donde ir a tapear o a tomar unas raciones y acompañarlas con unas cañas mientras charlas con tus amigos.
Algo interesante es que con todas las consumiciones te ponen una pequeña tapa gratis. No es una tapa que pueda entrar en nuestro ranking de los mejores bares de tapas de Madrid pero están bastante bien y siempre se agradece.
Además las raciones son muy baratas por lo que no necesitas grandes tapas gratis con tu cerveza para poder tomar algo y cenar y no llegar a gastarte ni 10€. ¡Un planazo!
Tienen algunas raciones “Typical Spanish” como la tortilla, la ensaladilla rusa, los típicos huevos rotos, patatas bravas o jamón.
Además ofrecen más de veinte bocadillos diferentes y todo esto con unos precios bastante ajustados o incluso podríamos decir que bastante baratos para la zona en la que se encuentra.
Pero vamos a lo importante, ¿Cómo son las croquetas gigantes de Rocablanca?
Sin ninguna duda estas croquetas gigantes o croquetones son la estrella de su carta y el motivo por el cual está cervecería tiene tantos adeptos.
Hacen unas de las croquetas más grandes que puedes encontrar en todo Madrid y puedes llevarlas a casa pagando solo 1€ por cada una.
Si las pides para tomar en el local el precio aumenta a 1,10€.
Este precio -a poco mas de 1€- ya estaría bien para una croqueta en pleno centro de Madrid, pero, si a esto le sumamos que las croquetas tienen prácticamente el mismo tamaño que un vaso de caña, es fácil entender el enorme éxito de este local que lleva al pié del cañón desde hace tantos años.
¿Qué sabores se pueden elegir?
Tienen una variedad de unos 8 sabores diferentes que van cambiando cada cierto tiempo.
Cuando fui a probarlas tenían en carta algunos sabores de croquetas como jamón serrano, cebolla caramelizada, queso cabrales, rabo de toro, gambas al ajillo, alcachofas de tudela con jamón y setas silvestres.
Si piensas en una croqueta gigante que vale solamente un euro es probable que imagines una masaza de bechamel cubierta por un rebozado aceitoso. Pero nada más lejos de la realidad.
Me sorprendió la calidad de estas croquetas teniendo en cuenta su precio y su tamaño.
Tienen una bechamel fluida sin llegar a ser líquida que viene bastante cargada del ingrediente del que estén hechas y tienen bastante sabor.
Además, el rebozado es crujiente, sin ser ni demasiado fino ni demasiado grueso. Por poner un pero y aunque no era demasiado, tenían un poco exceso de aceite.
Desde mi punto de vista y aunque evidentemente no son las mejores croquetas de Madrid, no están nada mal por ese precio.
Sin ninguna duda algunas de mis preferidas fueron la clásica de jamón o la croqueta de gambas al ajillo.
Entonces… ¿Merece la pena la visita?
Teniendo en cuenta que estás en un bar de toda la vida y que el precio que pagas por comer y beber es probable que no sobrepase los 10€ me parece un lugar más que recomendable.
La caña de Mahou tiene un precio de 1,50€ y viene acompañada de una tapa gratis como unas patatas bravas o un pincho de tortilla.
Aunque estas tapas no son tan grandes como en otros bares de tapas que hemos visitado en otras ocasiones están bastante bien y cumplen perfectamente.
Además puedes elegir entre varias raciones a un precio bastante más bajo del que puedes encontrar en otros bares de la zona por lo que si te apetece un plan de tapeo por Malasaña y no esperas vivir una experiencia gastronómica, Rocablanca en pleno centro de Madrid sin duda, es una buena opción.